El monstruo que no tenía corazón
Nadie sabía qué era ni de dónde venía. Solo que, desde que llegó, se había encerrado en la librería del pueblo y no había vuelto a salir. Por lo visto le encantaban los cuentos infantiles, pues pilas de ellos asomaban por las ventanas y sus carcajadas se oían a varias manzanas. A veces, incluso, hacían retumbar los cristales de las viviendas que había alrededor. Un día un grupo de niños se acercó a curiosear. Sin embargo, cuando el monstruo (así …